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He Criado Un Buen Hijo - Capitulo 11



 El rostro sonriente de Carlyle con sus ojos brillantes se veía tan inocente e inofensivo que hizo que Abella se sintiera relajada.
 
—Sí, entonces… Si el bebé lo quiere, vivamos juntos por el resto de nuestras vidas.
 
Carlyle, que sonreía suavemente, le dio una palmada en el cuerpo como si estuviera emocionado. Luego tomó una de las manos de Abella y sosteniéndola con sus manos pequeñas dijo: 
 
—¡Creceré rápidamente y te protegeré de otros machos!
 
—¿Eh? ¿Machos?
 
‘El hecho es que no estoy familiarizada con esa palabra.’
 
—¡Sí! Mi mamá es tan bonita que creo que los otros machos van a empezar a coquetear con ella.
 
—Ummm… Realmente no es así, pero… 
 
Abella se puso roja como si estuviera avergonzada. De cualquier manera, Carlyle miró a Abella y negó con la cabeza.
 
—No. Mi madre es la mujer más hermosa del mundo.
 
—Gracias por tus palabras.
 
El rostro de Abella se sonrojó de vergüenza.
 
—Mamá decidió vivir solo conmigo por el resto de su vida… ¡Así que cuando sea mayor, regañaré a todos!
 
Dijo Carlyle, haciendo señas con sus pequeñas manos que no parecía intimidante en lo más mínimo. A los ojos de Abella, simplemente se veía lindo, como si fueran las quejas de un niño que no conocía el mundo.
 
No sé en qué clase de bestia se convertirá este niño inquieto.
 
* * *
 
La vida de Abella era muy ocupada.
 
Dos veces por semana, tenía que escalar la montaña para recolectar hierbas y, excepto esos dos días, tenía que abrir la tienda y venderlas.
 
Hoy era un día en que tenía que ir a la tienda a vender hierbas medicinales.
 
Al ver a Carlyle todavía en la cama, Abella se preparó para salir de la casa.
 
—Mamá…
 
Entonces, cuando se despertó, Carlyle se frotó sus ojos somnolientos y llamó a Abella.
 
—Lo lamento. ¿Estás despierto?
 
—Sí… Ya estoy despierto.
 
—Tengo que ir a la tienda hoy, así que iré sola.
 
Recientemente, Carlyle solía seguir a Abella cuando iba a las montañas a recolectar hierbas. Pero no hoy.
 
—Mamá… ¿No puedo ir contigo…?
 
Al verla tratando de dejarlo atrás, Carlyle la siguió y agarró el dobladillo de su falda. Carlyle la miraba todo el tiempo, e incluso se veía muy patético.
 
Por supuesto, no tenía intención de dejar a Carlyle solo en casa. Pero la razón para ir sola a la tienda era simple.
 
Sus orejas y cola sobresalen cuando está sorprendido o emocionado, y el cuerpo de Carlyle crece día a día.
 
Si alguien más alguna vez viera Carlyle, estaría bastante sorprendido. Y sería aún peor si denunciaran que han visto a una bestia.
 
Cuando Abella dudó al elegir las palabras correctas para rechazarlo, Carlyle lo notó y solo mostró sus ojos decepcionados.
 
—Lo siento bebé…
 
—…
 
—No es que quiera dejar a mi bebé solo… Es solo que cada día creces más, por lo que otras personas pueden pensar que es extraño…
 
—Entonces, ¿puedo convertirme en adulto pronto?
 
Carlyle, que había estado escuchando a Abella en silencio, preguntó con ojos brillantes.
 
—¡Cuando seas adulto, no te verás raro porque no crecerás más!
 
Abella asintió con la cabeza ante las palabras claramente plausibles.
 
—Está bien, salgamos juntos cuando seas un adulto.
 
—¡Jejeje, qué bien!
 
Cuando Abella dió una respuesta afirmativa, fue Carlyle quien se limitó a sonreír.
 
Abella miró a la pared al otro lado de la habitación. Había muchas líneas dibujadas horizontalmente. Era una señal de que Carlyle crecía cada día más.
 
No hace mucho, Carlyle ya había alcanzado la cintura de Abella.
 
—Si este es el caso, creo que me convertiré en un adulto antes de que termine el año…
 
Entonces, al escuchar esas palabras Abella se preocupó.
 
Al igual que los perros y los humanos tienen diferentes momentos, los lobos y los humanos también los tienen, así que la preocupación de Abella era si Carlyle moriría antes que ella.
 
Abella apretó los puños mientras miraba a Carlyle quien también la miraba.
 
‘Es la primera familia que he tenido…’
 
Pensó Abella.
 
Un puñado de pelos negros en la manta, un viejo sofá que Carlyle rompió mientras jugaba, las marcas de garras en el piso de madera que se hicieron mientras jugaba y el pequeño que siempre corria a brazarla.
 
Abella no dejaba de pensar en ello, lo que significaba que ya no imaginaba una vida diaria sin Carlyle.
 
—Bebé.
 
Carlyle notó de inmediato que los ojos de Abella habían cambiado sutilmente. Además, el tono de la voz con el que lo llamó también era diferente.
 
—Crecer es bueno, pero creo que sería mejor crecer un poco más tarde…
 
Abella murmuró amargamente. Y Carlyle se limitó a sonreír para aliviar su estado de ánimo.
 
—¡Pero quiero convertirme en un adulto pronto!
 
—¿Por qué? ¿Quieres salir con mamá?
 
—¡Sí! También… ¡Voy a hacer muchas cosas con mamá cuando sea grande! 
 
—¿Muchas cosas?
 
Con un comentario significativo, Abella volvió a preguntar. Pero no hubo respuesta.
 
* * *
 
Afortunadamente, a diferencia del año pasado, la temporada de lluvias de este año transcurrió sin lluvias torrenciales ni tifones. Gracias a ello, Abella pudo recolectar bastantes hierbas medicinales en las montañas y gracias a las presas que Carlyle había atrapado antes, se había juntado una cantidad suficiente de dinero.
 
Por supuesto, era una cantidad muy pequeña de dinero en comparación con la cantidad que los nobles podrían tener, pero era bastante considerable para Abella, que era solo una pequeña ciudadana.
 
A medida que pasó el tiempo, Carlyle se fundió con la vida de Abella, y Abella también se fundió con la vida de Carlyle.
 
Ahora los dos parecían una familia realmente completa.
 
Abella levantó las comisuras de los labios con agrado al ver a Carlyle acostado en su regazo. Incluso acarició suavemente su cabello negro mientras miraba que sus orejas se habían levantado.
 
Carlyle se rió ya que estaba de buen humor, y solo siguió acostado en el regazo de Abella.
 
Además de caminar por la casa, Carlyle solía morder las esquinas del sofá o la cama solo por aburrimiento, pero eso no le importaba a Abella. Aunque los muebles estuvieran en peores condiciones que al principio.
 
—Bebé, creo que tus dientes se han vuelto muy afilados en estos días.
 
Abella lo dijo mientras miraba el viejo sofá con toda la tela rota. Entonces, con cuidado levantó los labios de Carlyle y aparecieron unos afilados colmillos.
 
Al crecer poco a poco, también lo hicieron sus colmillos. Por lo que ahora, sí podría decirse que se parecía un poco más a una bestia.
 
Entonces Abella dijo en broma.
 
—Si bebé me muerde, ¿será muy doloroso?
 
—¡No morderé a mamá!
 
Sobresaltado, Carlyle movió sus brazos y piernas y frunció los labios.
 
—¿Por qué pregunta eso mamá?
 
La pronunciación que antes era difícil de entender, ahora era clara. Abella miró las esquinas de los muebles mordidos por Carlyle y pensó en que sería bueno comprar un juguete.
 
—Pero si compro un juguete…
 
‘¿Debería comprar un juguete para un humano? ¿O un juguete para un perro o un gato…?’
 
Sin saber lo que Abella estaba pensando, Carlyle simplemente sonrió alegremente porque estaba disfrutando tranquilamente de la velada con ella.
 
* * *
 
—Vaya, bebé. Ya eres bastante alto. A este paso pronto serás más alto que mamá.
 
Abella lo dijo mientras media a Carlyle, apoyando su espalda contra la pared.
 
—Oh, Dios mío… Cuando nos conocimos, solo comíamos guisantes.
 
—No me gustan los guisantes.
 
Carlyle se quejó de que no le gustaban los guisantes. Y al verlo así, Abella sintió una extraña sensación.
 
Verlo crecer de esa manera, le provocaba esa sensación.
 
El niño que llegaba hasta su muslo, ahora había alcanzado la altura de los ojos de Abella.
 
La pared estaba llena de marcas que mostraban el crecimiento de Carlyle.
 
—Mamá, ¿irás a buscar hierbas mañana?
 
—Sí, pero en estos días la diferencia de temperatura es bastante grande… Creo que mi bebé podría resfriarse si me sigue.
 
Abella acarició la cabeza de Carlyle que de repente se había convertido en un lobo. Entonces Carlyle acarició la mejilla de Abella como si estuviera de buen humor.
 
—¿Deberíamos ir a dormir?
 
A medida que Carlyle se volvía cada vez más un hombre, Abella ahora se sentía un poco incómoda y era agobiante para ella usar una cama que era solo para una persona.
 
Aunque normalmente Carlyle solía tomar la forma de un lobo antes de irse a dormir, su apariencia de lobo era bastante diferente a la anterior. Solía ​​ser pequeño, pero ahora es del tamaño de un perro de caza.
 
Carlyle saltó hábilmente a la cama y se acostó, aunque por su tamaño ocupaba la mitad de la cama.
 
Al subir a la cama, usó sus patas delanteras y rascó el lugar donde iba a acostarse Abella, y con su cola golpeaba la cama sin parar.
 
* * *

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