He Criado Un Buen Hijo - Capitulo 1
Posted by hi
Posted on 12:12
Ese día tampoco parecía ser diferente de lo habitual.
Abella, una herbolaria de un pequeño pueblo rural en las afueras de la frontera, subió a la montaña para recolectar hierbas como de costumbre.
Dado que la temporada de lluvias comenzaría pronto, tenía que buscar muchas hierbas medicinales con anticipación antes de que llegara el tifón para evitar pasar hambre durante esa temporada.
Tal vez por eso Abella no tuvo más remedio que subir la montaña aún más profundo de lo habitual.
—Parece que mucha gente se ha ido.
—Veo menos hierbas de lo habitual.
Abella cambió su expresión drásticamente, buscaba afanosamente las hierbas que necesitaba y que estaban escondidas entre las malas hierbas. Sus ojos rosados analizaban cada parte de la montaña con bastante habilidad.
—¿Cómo puedo sobrevivir hasta que termine la temporada de lluvias si mi canasta no está llena?
Una profunda preocupación que no era adecuada para una chica de su edad se mostraba claramente en su rostro. Abella comenzó a buscar más rápido que de costumbre, ya que con un cuerpo pequeño, también es más fácil deambular por los accidentados caminos de montaña.
—¿Cuánto más podré buscar si sigo así?
A estas alturas el sol se estaba poniendo. El sol, que había estado brillando intensamente, estaba listo para ocultarse mostrando el cielo rojizo y tratando de desaparecer lentamente.
Abella tenía que darse prisa para bajar de la montaña antes de que oscureciera. Aunque la canasta aún no se había llenado, luchó por recolectar lo más que pudo.
Abella sacudió sus manos llenas de tierra y se puso de pie. Pero fue ese momento que…
—Qué…
Parecía el sonido de una bestia enferma que estaba cerca.
— Me pregunto…
Sorprendida, Abella abrió mucho los ojos y respiró hondo. Luego, para asegurarse de que era real lo que estaba escuchando, agudizó el oído y esperó a que el animal volviera a emitir un sonido.
Entonces, como respondiendo a Abella, la bestia, que estaba haciendo un sonido de dolor, comenzó a llorar aún más fuerte.
—Bien… Me pregunto si…
Este era definitivamente el sonido de un animal enfermo. Un sonido de asfixia tan lastimero que resonó muy fuerte en el bosque silencioso. Además, sonaba como la voz de un niño pequeño.
—¿De dónde proviene el sonido?
Abella simplemente dejó de moverse. No sabía si lo que quería la bestia era que alguien lo ayudara o simplemente estaba llamando a su madre.
Si es lo último, la madre podría atacar si alguien se acerca. Una parte del corazón de Abella fue apuñalado cuando escuchaba el llanto, pero decidió irse.
Mientras se alejaba y bajaba de la montaña, el grito espantoso de la bestia le vino a la mente. Y durante toda la noche, solo daba vueltas y vueltas en la cama sin poder dormir.
—Ahora que haré…
Abella se mordió los labios con nerviosismo. Estaba confundida, sin saber qué hacer, pero sin darse cuenta regresó a la montaña.
Entonces la bestia comenzó a aullar aún más patéticamente, como si hubiera notado el conflicto de Abella.
—De acuerdo…
Con el sonido de un llanto cada vez más fuerte, Abella finalmente se rindió ante su corazón. No podía dejar a la bestia y bajar de la montaña.
Finalmente, sus pies se dirigieron lentamente hacia la fuente del sonido.
—Creo que es por aquí…
—Tengo que ver si la bestia está herida o no.
Había bastante tensión, tragó saliva y se movió con pasos firmes. También sostenía una pequeña pala en su mano, que usaba para cavar y recolectar hierbas. La llevaba como protección.
No era algo apropiado para defenderse de una bestia, pero Abella la sostenía fuertemente.
Abella caminó bastante. Y después de cruzar una pequeña enredadera, lo que vio fue…
—¡…!
Era un pequeño lobo que estaba cubierto de sangre.
El lobo apenas podía respirar y se quejaba.
* * *
Abella no recordaba muy bien cómo bajar de la montaña.
En el momento en que vió al pequeño lobo, instintivamente lo sostuvo en sus brazos y corrió por la ladera de la montaña. Sin descansar, corrió como una loca y llegó a casa.
No tenía otros pensamientos. Solo la idea de salvarlo era lo que dominaba su mente.
Era obvio que el pequeño lobo moriría pronto si lo dejaban solo en las montañas. Por lo que Abella ni siquiera comprobó si su madre estaba cerca. Se llevó al lobo con el solo pensamiento de que debería ser salvado.
Normalmente, en cuanto llegaba a casa, Abella lavaba las hierbas que recogía en las montañas, las cortaba en trozos pequeños y las metía en botellas de vidrio…
Debido a que el pequeño lobo estaba muy mal herido, las hierbas que había recogido la última vez serían ocupadas por él.
Abella tomó con cuidado las hierbas e inmediatamente comenzó a tratar al pequeño lobo. Luego, diciendo que era un desperdicio, sacó hierbas caras y raras que normalmente no utilizaría y las molió finamente.
Frotó generosamente las heridas del lobo con las hierbas finamente molidas y frunció el ceño mostrando un rostro lleno de frustración. El lobo temblaba y gemía cuando las hierbas tocaban las heridas.
Quizás debido a esta pequeña buena acción de ahora, Abella tendría que soportar comer solo pan de trigo insípido durante toda la temporada de lluvias.
Pero ella no dudó.
Abella creía que nada en este mundo podía compararse a la vida de alguien, por lo que estaba dispuesta a usar hierbas caras aún para salvar al lobo.
—Cómo pasó esto…
Abella murmuró con voz preocupada.
Después de aplicar muchas hierbas y limpiar el pelo ensangrentado con una toalla mojada y tibia, el lobo se veía mucho mejor que antes.
El lobo también parecía haber mejorado, y su respiración agitada se calmó. El vientre subía y bajaba acorde a los sonidos de la respiración.
Abella, habiendo hecho todo lo que podía, apoyó la barbilla y miró al lobo. Era un bebé lobo muy lindo con un pelaje suave y esponjoso.
—Lo lamento…
Abella murmuró y miró por todo el cuerpo del lobo. En su cuerpo había cicatrices que parecían haber sido hechas hace bastante tiempo y que incluso ya habían cicatrizado.
—¿Cómo un bebé como tú puede tener tales cicatrices?
Estaba desconcertada, pero el lobo no podría responderle, así que simplemente suspiró amargamente.
—Bebé, debes ponerte bien.
Abella de repente, anhelaba ver a este lobo recuperarse bien y que regresara a las montañas. No solo eso, también quería ver como crecía.
Incluso si era como un viento pasajero en una larga vida, Abella oró sinceramente por el bienestar del lobo y acarició su pelaje oscuro.
—Tu pelaje esponjoso de ahora, se volverá brillante y excepcional cuando crezcas.
—Ojalá pudiera verlo…
Acariciando al lobo que había caído en un sueño profundo, Abella no pudo deshacerse de sus preocupaciones.
Esperaba que las hierbas que aplicó fueran efectivas. Abella solo dió vueltas durante toda la noche esperando ver al lobo recuperarse.
* * *
Ha pasado una semana desde que Abella no ha dormido bien porque estuvo cuidando al lobo todo el tiempo.
Además, no era solo que no había podido dormir. Debido al lobo, la tienda de hierbas que había estado dirigiendo fue descuidada.
Por lo que Abella no tuvo más remedio que resistir y eventualmente dirigirse a la tienda ya que si no la hacía no tendría que comer.
Estaba ansiosa por no querer dejar al lobo solo, ya que aún no despertaba, pero eso no significaba que no pudiera llevar al animal herido a la tienda de hierbas. Pero al mismo tiempo pensaba que todos los clientes que llegaran a la tienda desaparecerían por culpa del lobo.
Además, si hay un rumor de que recogió a un lobo herido…
Abella negó con la cabeza como si no quisiera imaginarlo. Además pensaba que los cazadores intentarían llevárselo.
Mientras trabajaba en la tienda, sus pensamientos eran sobre el lobo. Había dejado suficiente leche para que comiera el lobo bebé, pero ¿podrá el lobo comerla por sí solo…?
La condición del lobo gradualmente mejoró bastante y la herida se había curado, pero aún no podía caminar por sí solo.
Abella, que siempre estuvo fascinada por el lobo, abría la tienda un poco más tarde de lo habitual y la cerraba un poco antes.
Preocupada por el lobo, no podía mantenerse demasiado tiempo en la tienda.
—Si el lobo tuviera la suficiente fuerza como para alimentarse, no me preocuparía demasiado…
Abella, que cerró apresuradamente la tienda, pensó mientras corría a casa que el lobo comía cuando lo alimentaba, pero extrañamente, no comía solo.
Cuando abrió la puerta de la pequeña cabaña, fue recibida por un lobo enterrado en una gruesa cobija de algodón, tal como lo había dejado cubierto por la mañana. La leche que había colocado a su lado era la misma. No había ni rastro en su boca.
—Oh, vaya…
Después de todo, no comerás nada sin mí.
* * *
Abella, una herbolaria de un pequeño pueblo rural en las afueras de la frontera, subió a la montaña para recolectar hierbas como de costumbre.
Dado que la temporada de lluvias comenzaría pronto, tenía que buscar muchas hierbas medicinales con anticipación antes de que llegara el tifón para evitar pasar hambre durante esa temporada.
Tal vez por eso Abella no tuvo más remedio que subir la montaña aún más profundo de lo habitual.
—Parece que mucha gente se ha ido.
—Veo menos hierbas de lo habitual.
Abella cambió su expresión drásticamente, buscaba afanosamente las hierbas que necesitaba y que estaban escondidas entre las malas hierbas. Sus ojos rosados analizaban cada parte de la montaña con bastante habilidad.
—¿Cómo puedo sobrevivir hasta que termine la temporada de lluvias si mi canasta no está llena?
Una profunda preocupación que no era adecuada para una chica de su edad se mostraba claramente en su rostro. Abella comenzó a buscar más rápido que de costumbre, ya que con un cuerpo pequeño, también es más fácil deambular por los accidentados caminos de montaña.
—¿Cuánto más podré buscar si sigo así?
A estas alturas el sol se estaba poniendo. El sol, que había estado brillando intensamente, estaba listo para ocultarse mostrando el cielo rojizo y tratando de desaparecer lentamente.
Abella tenía que darse prisa para bajar de la montaña antes de que oscureciera. Aunque la canasta aún no se había llenado, luchó por recolectar lo más que pudo.
Abella sacudió sus manos llenas de tierra y se puso de pie. Pero fue ese momento que…
—Qué…
Parecía el sonido de una bestia enferma que estaba cerca.
— Me pregunto…
Sorprendida, Abella abrió mucho los ojos y respiró hondo. Luego, para asegurarse de que era real lo que estaba escuchando, agudizó el oído y esperó a que el animal volviera a emitir un sonido.
Entonces, como respondiendo a Abella, la bestia, que estaba haciendo un sonido de dolor, comenzó a llorar aún más fuerte.
—Bien… Me pregunto si…
Este era definitivamente el sonido de un animal enfermo. Un sonido de asfixia tan lastimero que resonó muy fuerte en el bosque silencioso. Además, sonaba como la voz de un niño pequeño.
—¿De dónde proviene el sonido?
Abella simplemente dejó de moverse. No sabía si lo que quería la bestia era que alguien lo ayudara o simplemente estaba llamando a su madre.
Si es lo último, la madre podría atacar si alguien se acerca. Una parte del corazón de Abella fue apuñalado cuando escuchaba el llanto, pero decidió irse.
Mientras se alejaba y bajaba de la montaña, el grito espantoso de la bestia le vino a la mente. Y durante toda la noche, solo daba vueltas y vueltas en la cama sin poder dormir.
—Ahora que haré…
Abella se mordió los labios con nerviosismo. Estaba confundida, sin saber qué hacer, pero sin darse cuenta regresó a la montaña.
Entonces la bestia comenzó a aullar aún más patéticamente, como si hubiera notado el conflicto de Abella.
—De acuerdo…
Con el sonido de un llanto cada vez más fuerte, Abella finalmente se rindió ante su corazón. No podía dejar a la bestia y bajar de la montaña.
Finalmente, sus pies se dirigieron lentamente hacia la fuente del sonido.
—Creo que es por aquí…
—Tengo que ver si la bestia está herida o no.
Había bastante tensión, tragó saliva y se movió con pasos firmes. También sostenía una pequeña pala en su mano, que usaba para cavar y recolectar hierbas. La llevaba como protección.
No era algo apropiado para defenderse de una bestia, pero Abella la sostenía fuertemente.
Abella caminó bastante. Y después de cruzar una pequeña enredadera, lo que vio fue…
—¡…!
Era un pequeño lobo que estaba cubierto de sangre.
El lobo apenas podía respirar y se quejaba.
* * *
Abella no recordaba muy bien cómo bajar de la montaña.
En el momento en que vió al pequeño lobo, instintivamente lo sostuvo en sus brazos y corrió por la ladera de la montaña. Sin descansar, corrió como una loca y llegó a casa.
No tenía otros pensamientos. Solo la idea de salvarlo era lo que dominaba su mente.
Era obvio que el pequeño lobo moriría pronto si lo dejaban solo en las montañas. Por lo que Abella ni siquiera comprobó si su madre estaba cerca. Se llevó al lobo con el solo pensamiento de que debería ser salvado.
Normalmente, en cuanto llegaba a casa, Abella lavaba las hierbas que recogía en las montañas, las cortaba en trozos pequeños y las metía en botellas de vidrio…
Debido a que el pequeño lobo estaba muy mal herido, las hierbas que había recogido la última vez serían ocupadas por él.
Abella tomó con cuidado las hierbas e inmediatamente comenzó a tratar al pequeño lobo. Luego, diciendo que era un desperdicio, sacó hierbas caras y raras que normalmente no utilizaría y las molió finamente.
Frotó generosamente las heridas del lobo con las hierbas finamente molidas y frunció el ceño mostrando un rostro lleno de frustración. El lobo temblaba y gemía cuando las hierbas tocaban las heridas.
Quizás debido a esta pequeña buena acción de ahora, Abella tendría que soportar comer solo pan de trigo insípido durante toda la temporada de lluvias.
Pero ella no dudó.
Abella creía que nada en este mundo podía compararse a la vida de alguien, por lo que estaba dispuesta a usar hierbas caras aún para salvar al lobo.
—Cómo pasó esto…
Abella murmuró con voz preocupada.
Después de aplicar muchas hierbas y limpiar el pelo ensangrentado con una toalla mojada y tibia, el lobo se veía mucho mejor que antes.
El lobo también parecía haber mejorado, y su respiración agitada se calmó. El vientre subía y bajaba acorde a los sonidos de la respiración.
Abella, habiendo hecho todo lo que podía, apoyó la barbilla y miró al lobo. Era un bebé lobo muy lindo con un pelaje suave y esponjoso.
—Lo lamento…
Abella murmuró y miró por todo el cuerpo del lobo. En su cuerpo había cicatrices que parecían haber sido hechas hace bastante tiempo y que incluso ya habían cicatrizado.
—¿Cómo un bebé como tú puede tener tales cicatrices?
Estaba desconcertada, pero el lobo no podría responderle, así que simplemente suspiró amargamente.
—Bebé, debes ponerte bien.
Abella de repente, anhelaba ver a este lobo recuperarse bien y que regresara a las montañas. No solo eso, también quería ver como crecía.
Incluso si era como un viento pasajero en una larga vida, Abella oró sinceramente por el bienestar del lobo y acarició su pelaje oscuro.
—Tu pelaje esponjoso de ahora, se volverá brillante y excepcional cuando crezcas.
—Ojalá pudiera verlo…
Acariciando al lobo que había caído en un sueño profundo, Abella no pudo deshacerse de sus preocupaciones.
Esperaba que las hierbas que aplicó fueran efectivas. Abella solo dió vueltas durante toda la noche esperando ver al lobo recuperarse.
* * *
Ha pasado una semana desde que Abella no ha dormido bien porque estuvo cuidando al lobo todo el tiempo.
Además, no era solo que no había podido dormir. Debido al lobo, la tienda de hierbas que había estado dirigiendo fue descuidada.
Por lo que Abella no tuvo más remedio que resistir y eventualmente dirigirse a la tienda ya que si no la hacía no tendría que comer.
Estaba ansiosa por no querer dejar al lobo solo, ya que aún no despertaba, pero eso no significaba que no pudiera llevar al animal herido a la tienda de hierbas. Pero al mismo tiempo pensaba que todos los clientes que llegaran a la tienda desaparecerían por culpa del lobo.
Además, si hay un rumor de que recogió a un lobo herido…
Abella negó con la cabeza como si no quisiera imaginarlo. Además pensaba que los cazadores intentarían llevárselo.
Mientras trabajaba en la tienda, sus pensamientos eran sobre el lobo. Había dejado suficiente leche para que comiera el lobo bebé, pero ¿podrá el lobo comerla por sí solo…?
La condición del lobo gradualmente mejoró bastante y la herida se había curado, pero aún no podía caminar por sí solo.
Abella, que siempre estuvo fascinada por el lobo, abría la tienda un poco más tarde de lo habitual y la cerraba un poco antes.
Preocupada por el lobo, no podía mantenerse demasiado tiempo en la tienda.
—Si el lobo tuviera la suficiente fuerza como para alimentarse, no me preocuparía demasiado…
Abella, que cerró apresuradamente la tienda, pensó mientras corría a casa que el lobo comía cuando lo alimentaba, pero extrañamente, no comía solo.
Cuando abrió la puerta de la pequeña cabaña, fue recibida por un lobo enterrado en una gruesa cobija de algodón, tal como lo había dejado cubierto por la mañana. La leche que había colocado a su lado era la misma. No había ni rastro en su boca.
—Oh, vaya…
Después de todo, no comerás nada sin mí.
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